Hace un ratito, en un
grupo de chat con amigos (hoy muchas cosas pasan en grupos de whatsaap) dije lo que ya he afirmado muchas veces que trabajaba para viajar, que vivía sin sufrir pero sin tanto
lujo porque para mí viajar era mi forma
de vida, mi sueño: pisar al menos el 50% del mundo. Soy extremadamente
afortunada de poder viajar. Muchos me preguntan porq viajo… viajo porq me
gusta, porq es un sueño que elijo cada día: recorrer el mundo. Dije que
viajando había aprendido quizás más que en la escuela. Fue entonces que uno me
pregunto: -“viajar es lindo, relax puro, fiesta, salir de la rutina pero no entiendo
porque lo llamas escuela?” Trate de explicárselo en resumidas cuentas pero fue
tan resumido que Mejor lo digo por acá también… Intentare relatar tan solo algunas
cosas que aprendí viajando….
Trabajo, ahorro y viajo!
Sin duda, viajar me enseño a ordenarme, a marcar
prioridades, ya que para viajar a veces necesitamos un poquito de capital y entonces
me hizo aprender a ahorrar. A darme
cuenta que necesitaba y que no. Que era importante, que necesario y que
imprescindible. Yo sé que prefiero ahorrar para una excursión o un viaje que para
zapatos y ropa nueva. Hay gente que ahorra para tener el coche de sus sueños,
su casa, ropa de moda. Yo ahorro para
comprarme los mejores recuerdos.
Viajar me enseño a creer en mí, creer que puedo hacer eso que quiero, que con esfuerzo, ganas,
dedicación y trabajo se llega a las metas…
Una de las cosas que más se
aprende viajando es a reconocer sabores,
personas, banderas, estilos de vida, vivir diferentes culturas y costumbres,
y en eso mis queridos, en eso ya te haces una escuela. Aprendes que se puede
confiar, aprendes en quien confiar,
que probar y que no. A quien aceptarle
un aventón y a quién no. Aprendes sin
duda a conocer la mirada de la gente. Hay gente buena y mala en todos
lados.
Viajando te casas un poco con cada país al que visitas, porque algo te
compra, te enamora, y entonces ya no
podes creer lo que te muestran en los diarios, en lo generales que son
cuando hablan de tal o cual lugar... porque no hay nada mejor que vivirlo en carne propia, el resto que la cuente
como quiera.
Vas aprendiendo que lo que realmente importa no se compra con dinero
y que a veces los seres humanos nos llenamos de excusas. Siempre suelen decirme
“que suerte tenes de podes viajar”, y mi respuesta automática es: “vos también
podes hacerlo”, entonces empiezan, que tengo que pagar el auto, que con los
niños ya no puedo, que quien va a cuidar la casa…. Mil excusas terrenales. it's all about choice Si queres se puede, los
niños se adaptan a los viajes… el auto hoy esta, mañana no… y tu vida seguirá
sin más… todo es cuestión de las
decisiones que tomes, de lo que quieras, lo que elijas. Pero no vale decir
NO PUEDO POR…
Viajando comprendes que a veces
la sociedad te marca como ser, que decir, como vestirte y sabes qué..? no estamos en el mundo para
conformar a otros, ni para seguir los moldes que la sociedad te
impone, así que vestite como quieras, come lo que te guste a la hora que te
guste, hace el ridículo tengas la edad que tengas, equivócate, proba cosas
nuevas, retráctate, compórtate.. DISFRUTA,
moríte de risa: SE FELIZ.
Viajar te abre la cabeza, a veces te la parte en dos, te rompe los moldes, te sacude. Es que viajando
entendí que cada ser humano tiene su realidad y que hay mil millones de
realidades que son muy similares o netamente diferentes a la mía y que es MUY necesario ponerse en el lugar del
otro. Sin juzgar,
respetando, amando. Que quizás lo que un país se enseña como educación
en otro es falta de la misma.
Aprendí de idiomas, de historia, de
geografía, de comidas típicas, condimentos...
Aprendí de extrañar a la familia, de lo rica que es la comida de mamá y que la Coca Cola no es igual en todo
el mundo.
Aprendí que a la hora de lo dulce
a veces se puede extrañar el alfajor y el dulce de leche.

Aprendí a viajar sin miedo. La
gente te va a llenar la cabeza con miedos infundados, “te vas a enfermar y que vas a hacer”.. “ y si te roban,”... “te van a
secuestrar” “ ojo donde te metes, vos viste que peligroso se vive hoy” El
miedo es sin duda el enemigo del viajero. Yo sé que nunca viajo sola, llevo a Dios conmigo donde voy, y nada malo va a pasarme. Así
que aprendí a ser cuidadosa, a dominar y controlar esos miedos que te quieren
imponer para que no lo hagas.
Aprendí que los viajes curan,
sanan!y me ponen de buen humor.
Aprendí que por más que suba la
mejor foto o que escriba el mejor relato nada podrá explicar del todo lo
maravilloso que es la creación de Dios. Nada podrá explicar lo especial de tal
lugar y lo afortunada que soy de poder verlo, sentirlo, tocarlo.
Sé que solo he visto una pequeñita
parte del mundo pero he aprendido mucho de él, y seguiré aprendiendo. Estas son
tan solo algunas de las tantas cosas, las que se me vienen ahora a la mente,
pero fundamentalmente uno nunca termina
de aprender… hay un dicho que dice, “no
te acostarás sin haber aprendido algo nuevo”. Creo que eso es exactamente
lo que pasa en los viajes, todo nos puede enseñar, de todo y de todos podemos
aprender
Hay todavía mucho mundo allá
afuera que me espera y no pienso faltar
a la cita porque siempre voy a preferir acumular millas a bienes!