14 de diciembre de 2012

Resaca


Fin de año tiene esas cosas, uno se junta a despedir “algo” y con cualquier excusa, se reúne con amigos. Eso suele dar pie a brindar ilimitadas veces y he aquí el famoso alcohol presente en cualquiera de sus estados: cerveza, vino espumante, Fernet con coca, uno brinda, brinda y brinda sin recordar que a la mañana siguiente hay que levantarse y laburar como cualquier otro día… come, ríe, se encuentra, habla y sí, BRINDA!
Cuando uno emprende la vuelta a casa, después de varios intentos fallidos de irse temprano… porque viste que cuando uno se junta un día de semana dice “ ok, voy pero vuelvo temprano que al otro día trabajo” bueno esta claro que eso no se cumple y por el contrario cuando uno dice, “bueno me voy yendo…” aparece una buena conversación, una charla, un juego, un brindis y hace que el “ahora me voy” se retrace, se posponga y que se cumpla muuuuucho después de lo que se tenía planeado.

Llegas a tu casa. Te acostas, con ese que se yo viste que tiene el haber disfrutado otra noche, el haberla pasado lindo, el haber sonreído sin importar que en la mañana un martilleo cerebral nos recordara la noche de anoche… Creo que la vida esta para que no solo aprendemos y si no para que DISFRUTEMOS y creo que ahí debemos poner énfasis, en esos lindos momentos que nos llenan de vida!

Antes de dormir uno se intenta concientizar que le quedan pocas horas y debe levantarse en un rato. Vagamente le da lugar a la razón que dice: ya no estas para esas cosas… y el otro yo pareciera preguntar ¿para que cosas? ¿Hay edad para divertirse hasta altas horas? Se que de más joven podía aguantar muuuuucho más sin dormir, o dormir muy pocas horas, pero que más da, estoy en el baile… ¿bailamos?

Me abrazo a la almohada, como cada noche, cierro mis ojos y comienzo a disfrutar de esas pocas pero intensas horas de descanso… y ahí cuando te encontras en el quinto sueño escuchas esa voz que cada mañana te dice que “es la hora”, la hora de un nuevo día y despertas…. no como siempre, quizás con la boca seca, con ese martilleo cerebral, con esa voz de ultratumba y el cuerpo algo cansado por haber llegado de madrugada, pero díganme ¿Quién me quita lo bailado?
Quien te quita ese momento con amigos, esas horas compartidas llenas de risas y anécdotas, esa complicidad, esa camaradería… Yo voto por un que se repita cada vez que queramos repetirlo y como hace años voy a seguir alabando que pongámonos “excusas” creativas para juntarnos y seguir festejando! Vos?