Me paso el sábado, le pedí a una amiga que me
acompañara a cambiar algunos regalos de cumple al Shopping. Me vestí, me puse
las zapatillas y salí para tomar el colectivo... Sentí que algo me molestaba en
el pie derecho, pero seguí caminando porque perdía el Bondi… en el colectivo no
me acorde que algo me molestaba así q ni me fije que era... cuando baje
caminamos hacia la otra parada y hablando, aunque sentía que algo había dentro
de mi zapatilla, no le di importancia y seguí. Me dije, ahora cuando llego al
Dot me fijo… y así paso y paso el tiempo… ya me había acostumbrado, ya jugaba
con lo que fuera q tenía adentro del calzado…
Cuando llegue a casa, ya lista para dormir, me
saque la zapatilla y voló una moneda, una moneda de 10 centavos, eso era lo que
había estado incomodándome toda la tarde/noche, y es justamente ella la que me
hizo reflexionar.
Cuantas veces vamos caminando por la vida de
manera incomoda, con una piedra en el zapato… a veces pareciera que estamos
ignorando esa “piedra” y nos obligamos a
seguir caminando… queremos disimular que algo nos molesta… y seguir, pero la
piedra esta, y se siente.
Esta experiencia vivida me hizo reflexionar y
darme cuenta que somos muchos seres humanos que nos acostumbramos a caminar con piedras en el zapato (esas piedras
pueden ser peleas, miedos, dolores, etc ) en lugar de hacer una pausa y
sacarlas de una vez por todas… nos acostumbramos y eso no esta bueno!
Caminar con una piedra en el zapato claramente no
es nada cómodo, se necesitan ganas, valor y tiempo para sacarla. ¿Qué estamos esperando para detenernos y
sacar esa “piedra”? Se necesita tomar una decisión para pasar a la acción
y mejorar nuestro camino… Detenerse y eliminar aquello que nos sobra, estorba e
incomoda es necesario y, sin duda, será la mejor manera de iniciar un cambio. Me paso lo de la piedra,
reflexione, escribí y entonces MEJOR LO
DIGO!
Vos, caminaste ¿alguna vez con UNA PIEDRA EN EL ZAPATO?